Los tres últimos años nos han mostrado la cara más visible de la incertidumbre cuando menos nos los esperábamos. Lidiar con entornos complejos es el oficio del empresario y del directivo. La ausencia de certeza, la velocidad acelerada a la que nos movemos, la volatilidad y la inestabilidad son algunos de los elementos que pueden poner en tela de juicio el liderazgo en las organizaciones.

La actitud ante los desafíos planteados, la libertad interior para responder y asumir nuestra responsabilidad, son rasgos de un carácter que lidera desde el ejemplo, nuestro mejor discurso. Además de nuestros talentos y valores, anclas insustituibles, muestra relación con el tiempo, factor finito, se revela crucial.